Apuntes del Profesor

Apuntes del Profesor
Luis Ángel Carrasco Garrido / Profesor Ingeniero.

domingo, 12 de agosto de 2007

"Una casa segura es una mejor casa" Catalina Correia C.

Si bien la mayoría de las nuevas obras cuenta con los elementos de seguridad contemplados en la normativa, éstos no siempre se mantienen en el tiempo. La fiscalización es fundamental.

El incendio de la discoteca argentina Cromañón avivó el debate sobre si estamos o no preparados para enfrentar este tipo de siniestros. Y es que aprendemos a golpes. De hecho, la normativa para los edificios de altura apareció recién en 1981, a raíz del incendio de la torre Santa María.

A pesar de las exigencias en cuanto a los elementos de seguridad y de prevención activa con los que deben contar las distintas construcciones, el panorama no se ve muy alentador.

Luis Carrasco, jefe del departamento técnico y de prevención de Bomberos de Chile, dice que el gran déficit se da desde el punto de vista de la autoconstrucción, sobre todo cuando lo que se busca es ahorrar dinero.

"Eso lo hemos podido ver en la Región Metropolitana, sobre todo en las comunas más populares, en donde el maestro o el dueño de casa es el que construye y muchas veces no cumple con la normativa vigente de resistencia al fuego y de elementos adecuados. Nos encontramos con entretechos comunes o con cortafuegos que están dados por elementos bastante frágiles o están perforados, lo que los hace perder su resistencia al fuego".

El tema es de gran preocupación, ya que según las estadísticas son justamente las casas las estructuras que más se incendian, aunque esto, aclara Carrasco, se debe a que son mayoría.

Pero los lugares más indefensos no son únicamente los sectores populares, sino que también hay quienes construyen a más alto precio y que pasan a llevar la normativa vigente. O lo que es más común, se construye tomando en cuenta las exigencias, pero no se les da una mantención adecuada o se hacen cambios que alteran sustancialmente el uso para el que fueron diseñados.

"Un edificio puede partir con ciertas características, pero al cabo de un tiempo hay gente que le modifica las ventanas o las celosías de ventilación. También se pueden echar a perder los sistemas de detección de alarmas, que muchas veces no son reparados. Así, los estándares no son los mismos que al inicio de la construcción y al suceder esto hay más propensión a que se desarrolle un incendio", señala Carrasco.

La fiscalización de la normativa, explica el profesional, le compete a la dirección de obras, pero debido a la gran cantidad de trabajo que éstas tienen, a veces se hace insuficiente.

Y muchos propietarios no se dan cuenta de que al romper una pared para hacer instalaciones eléctricas o al hacer modificaciones estructurales, ese muro ya no tiene el mismo poder como cortafuego y éste puede pasar fácilmente a la pieza contigua.

Carrasco señala que la normativa es adecuada, pero hay que pensar que ésta por sí sola no apaga los incendios ni los evita. Y que podría mejorarse. Por ejemplo, no se contempla nada con respecto al direccionamiento del humo, lo que es un elemento vital, ya que la mayoría de la gente no muere quemada sino asfixiada. También se podría avanzar en los sistemas de agua, ya que la red húmeda opera con agua domiciliaria. Por lo tanto, sólo sirve para el primer atisbo de incendio y no para los más grandes, porque éstos requieren mayores volúmenes de agua y de presión. Pero sin duda el ámbito que más se debe desarrollar son las facilidades para el acceso a los bomberos.

Porque si bien la planificación del entorno de las casas y los edificios permite la llegada de los carros bomba de manera expedita, después se van poniendo jardines y otros elementos que lo impiden. Muchas veces las tomas de agua están en los jardines y éstos no resisten un vehículo de tal magnitud (entre 20 y 25 toneladas) porque se hunden. En los edificios antiguos es aún más difícil, ya que tienen los estacionamientos en la superficie y los bomberos temen que la losa no vaya a resitir el peso del carro.

"La construcción es precisamente una forma de medición de nuestra cultura. En la medida en que construimos bien no sólo estamos dando techo y abrigo a una familia, sino que también estamos resguardándonos de otro tipo de emergencias, como los incendios", enfatiza Carrasco.

Sobre las construcciones actuales, el jefe del departamento técnico y de prevención de Bomberos de Chile indica que hace falta un cambio en la conducta de quienes van a comprar una nueva vivienda, para que valoren la seguridad como un aspecto fundamental. "En todas las construcciones que se venden hoy queda muy claro dónde están la cocina y el baño. Pero nadie sabe dónde va el extintor. Porque no está considerado y la ley no exige que haya extintores. Pero se producen fuegos y no hay con qué apagarlos. Uno podría intuir que un buen elemento de ventas de un edificio sería decir que la casa es más segura y que tiene extintor, pero no se utiliza eso como un elemento desequilibrante de venta. La gente quiere más jardines y buena ubicación, pero la seguridad no es un tema del que se hable mucho. Y aquí hay que establecer que una casa segura es una casa mejor", concluye Carrasco.

Fallas que propagan el fuego

Entretechos comunes.

Falta de cortafuegos adecuados.

Baja resistencia de las puertas.

La tabiquería interior de materiales ligeros, sin pinturas ignífugas, hacen que la vivienda se queme de una sola vez.